- evitar la exposición directa en las horas centrales del día (de 12h a 16h, si queremos comer en la playa hemos de hacerlo bajo una sombrilla).
- aplicar un protector solar con el FPS adecuado a nuestra piel.
- aplicar el protector solar media hora antes de la exposición al sol y volver a aplicar cada 2 horas (truco: aplicar 2 capas de protector seguidas antes de exponerse al sol, así estaremos protegidos aunque las siguientes aplicaciones sean más ligeras.)
- hidratar la piel diariamente.
- preparar la piel desde dentro: bebiendo 2 litros de agua al día y tomando frutas y verduras frescas, que contienen muchos antioxidantes, que protegen y reparan las células del daño causado por la radiación solar.
- sombreros y gafas de sol son complementos ideales, eviten que nos expongamos demasiado y nos dan un punto chic ;)
- evitar la exposición al sol, si no se puede evitar (como en verano), cubrir la zona quemada llevando alguna prenda de ropa.
- aplicar lociones para regenerar e hidratar la quemadura (truco: para dar un extra de frescor podemos poner el producto en la nevera, notaremos más alivio).
- hay que llevar mucho cuidado con la deshidratación, ya que al estar la piel agredida pierde parte de su función de barrera y se evapora más agua de la superficie que normalmente.
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